Algunos seres son inteligentes y poderosos, otros son sumisos y pacíficos. Hay quienes luchan por el bien común y quienes intentan someter a otros para su propio beneficio y poder.
La existencia del cosmos dependerá entonces del comportamiento de sus moradores y de la interacción que se genere entre ellos.
Se sabe que hay tantas entidades diabólicas como bondadosas y que esa equidad entre el bien y el mal es lo que mantiene el equilibrio universal.
Para velar por esta armonía, existe una organización ancestral denominada “Concejo de guardianes cósmicos”
Esta elite está integrada por individuos de todos los rincones de las galaxias y sus miembros son conocidos como “Soldados galácticos” quienes tienen como función principal, mediar en distintos conflictos que puedan presentarse entre planetas o sistemas planetarios, además de luchar contra seres que intenten alterar el orden establecido.
Estos valientes guerreros no siempre pueden estar a favor del más débil, en muchas ocasiones son aliados de ambiciosos reyes o poderosos gobernantes.
Su fin es mantener el equilibrio, sin importar los medios para llegar a él.
Como en todas las agrupaciones, el consejo tiene jerarquías y rangos que van desde soldado de tropa hasta consejero galáctico, culminando en un poder unipersonal portador del título de “Líder Supremo”.
Las fuerzas del universo determinan quien es ese líder. Escogiéndolo entre miles de millones de seres, por alguna virtud o fundamento; este iluminado es dado a conocer mediante una señal específica, la cual solo el consejo está capacitado para interpretar y ejecutar.
El líder supremo es el ser viviente con más poder, por lo tanto, el rumbo del cosmos dependerá de las acciones que este ejecute o haga ejecutar.
Para poder cumplir con sus funciones, el consejo de guardianes cósmicos busca aliados por el vasto universo; cientos de especies componen esta poderosa elite.
Muchos de ellos son infiltrados entre las poblaciones y conviven en ellas pasando desapercibidos. Pero hay seres de origen netamente maligno como demonios y mercenarios que recorren los mundos con fines de conquista o expansión, que se niegan a reconocer a esta unión interestelar, provocando constantemente prolongadas batallas espaciales.
Los soldados galácticos tendrán la difícil tarea de repeler al opresor, pero nunca acabar con él, ya que si eso ocurre entrarían en conflicto las Fuerzas del universo.